Santa Marta celebra 500 años: la ciudad que vio nacer la conquista y morir al Libertador

En las costas del Caribe colombiano, donde las aguas cristalinas del mar se encuentran con las estribaciones de la Sierra Nevada, se alza Santa Marta, una ciudad que ostenta el título único de ser la urbe más antigua fundada por España que aún perdura en Suramérica.
Su historia, tejida entre documentos coloniales y testimonios centenarios, la convierte en un escenario fundamental tanto del proceso de conquista española como del ocaso del sueño bolivariano.
El acta fundacional que marca un hito continental
La fundación de Santa Marta permanece envuelta en cierta controversia historiográfica. Según los documentos conservados en el Archivo General de Indias, el acta quedó fechada el 29 de julio de 1525, aunque algunos historiadores debaten si el evento ocurrió en 1525 o 1526.
La fecha del 29 de julio adquiere un simbolismo particular, pues se propuso hacer tratos amables con los indígenas y bautizó la ciudad en honor a Santa Marta, patrona de Sevilla, cuya festividad se celebra precisamente ese día.
El protagonista de esta fundación fue Rodrigo de Bastidas, un sevillano nacido en el arrabal de Triana entre 1473 y 1477. Exploró el litoral de Venezuela, Colombia y Panamá en 1502 y fundó la ciudad de Santa Marta en 1525.
Bastidas no era un conquistador novato; había participado en exploraciones previas y conocía las costas del Nuevo Mundo desde el segundo viaje de Cristóbal Colón.

La elección del sitio no fue casual. El 29 de julio de 1525 puso pie en la orilla de la bahía de Gaira, estableciendo un enclave estratégico que serviría como puerto de entrada y salida hacia el interior del continente.
La ciudad se estableció con una visión de permanencia: Desembarcó con parejas casadas dispuestas a tener descendencia, garantizando así la continuidad del asentamiento.
Santa Marta en el contexto colonial
La importancia de Santa Marta durante el período colonial fue considerable. Hasta el año 1870 fue el principal puerto marítimo de la región, convirtiéndose en un punto neurálgico del comercio y la administración española en el Caribe.
Durante las guerras de independencia, la ciudad desempeñó un papel complejo. Santa Marta llegó a convertirse en el último bastión de los reductos de las tropas leales a la monarquía española, resistiendo el avance patriota hasta 1820, cuando finalmente cayó bajo control republicano.
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El encuentro histórico con Simón Bolívar
La relación de Santa Marta con Simón Bolívar constituye uno de los capítulos más emotivos y significativos de la historia americana. Tras años de luchas independentistas y crecientes divisiones políticas en la Gran Colombia, el Libertador llegó enfermo y desalentado a la ciudad que había sido baluarte realista.
Bolívar arribó el 6 de diciembre de 1830, gracias a la hospitalidad y altruismo de don Joaquín de Mier, a la Quinta de San Pedro Alejandrino. Esta hacienda, fundada el 2 de febrero de 1608 por el canónigo de la Catedral de Santa Marta Francisco de Godoy, se convertiría en el escenario de los últimos días del padre de la patria.
La presencia de Bolívar en Santa Marta no fue meramente circunstancial. La ciudad, que había sido el último reducto español en la región, se transformó paradójicamente en el refugio final del hombre que había liderado la lucha contra España. Este encuentro entre la ciudad más antigua del país y el arquitecto de la independencia americana simboliza la compleja transición entre el mundo colonial y republicano.
Testimonios documentales y legado histórico
Los archivos históricos de Santa Marta conservan documentos invaluables relacionados con la estadía de Bolívar. Entre los muchos documentos históricos que también atesora la Iglesia se encuentran la partida de defunción de José Catalino Noguera, el notario que autenticó el testamento del Libertador, así como otros testimonios de este período crucial.
La importancia histórica de Santa Marta ha sido reconocida oficialmente y fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación a través de la Ley 1617 de 2013, "por ser la ciudad más antigua sobreviviente fundada por España en América del Sur". Esta declaratoria subraya el valor excepcional de una ciudad que ha sido testigo de cinco siglos de historia americana.
Santa Marta: símbolo de continuidad histórica
La historia de Santa Marta trasciende la mera cronología de eventos para convertirse en un símbolo de la continuidad histórica americana. Desde su fundación por Rodrigo de Bastidas hasta convertirse en el último refugio de Simón Bolívar, la ciudad ha sido escenario de los grandes momentos de transformación continental.
El contraste entre estos dos momentos históricos resulta particularmente significativo: la fundación representó el inicio de la presencia española en Suramérica, mientras que la muerte de Bolívar marcó simbólicamente el fin de la época heroica de la independencia y el inicio de los conflictos que caracterizarían a las repúblicas americanas en el siglo XIX.

Hoy, Santa Marta conserva en sus calles, documentos y monumentos la memoria de estos eventos fundacionales. La Quinta de San Pedro Alejandrino, convertida en museo, preserva no solo los objetos relacionados con Bolívar, sino también la atmósfera de una época en la que los destinos de América se decidían en salones y haciendas como aquella donde el Libertador pasó sus últimos días.
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La ciudad que nació como la primera fundación española permanente en Suramérica se ha convertido, cinco siglos después, en un testimonio viviente de la complejidad y riqueza de la historia americana, donde los sueños de conquista y los ideales de libertad encontraron su lugar en el mismo territorio bañado por las aguas del Caribe.
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