El presidente Gustavo Petro advirtió públicamente sobre la existencia de una red internacional de narcotraficantes que estaría financiando el denominado “plan pistola” contra policías y militares en Colombia. Según el mandatario, parte de esa red se encuentra asentada en Dubái, capital del emirato homónimo, que se habría convertido en un nuevo centro de operaciones para capos colombianos y de otras nacionalidades.
El Clan de Golfo, como respuesta a la caída de varios de sus jefes ha decidio matar hijos del pueblo.
Lleva 27 policías y mlitares asesinados bajo plan pistola. Es un asesinato sistemático de hijos del pueblo.
Nosotros no vamos a retroceder, arreciaramos la ofensiva contra el…— Gustavo Petro (@petrogustavo) April 29, 2025
“Es un asesinato sistemático de hijos del pueblo. Llegaremos hasta sus aliados en Dubái”, dijo Petro el pasado 29 de abril, tras los atentados que han cobrado la vida de más de 22 uniformados en las últimas semanas. Esta declaración se da en medio del recrudecimiento de ataques atribuidos al ‘Clan del Golfo’, que estaría ejecutando represalias luego de la muerte de alias 'Chirimoya', tercero al mando de esta estructura criminal.
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Una sofisticada red trasnacional de apoyo al crimen
La Unidad Investigativa de El Tiempo reveló que, desde hace varios meses, las autoridades colombianas y agencias internacionales han detectado una compleja red de financiamiento y dirección del crimen organizado desde Dubái. Según el diario, capos colombianos y de otras nacionalidades estarían usando este emirato como centro de operaciones para coordinar envíos de droga, financiar atentados en Colombia y evadir la acción judicial.
Entre los nombres que menciona la investigación se encuentran alias ‘Tigre’, poderoso capo español; Junior Cortés, hijo del narco asesinado ‘Chucho’ Cortés; y un narcotraficante antioqueño conocido como ‘Burger King’. Se señala que varios de ellos ya fueron condenados en Estados Unidos o están siendo buscados por las autoridades internacionales, pero aún así operan en la península arábiga, valiéndose de vuelos privados, documentos falsos y su fachada de empresarios.
La investigación también indica que estos criminales han usado rutas que evitan controles estadounidenses, como vuelos desde Caracas a Turquía, para luego ingresar al emirato. Además, tendrían vínculos con la mafia albanesa y capos centroamericanos, con quienes formarían una especie de "junta directiva del narcotráfico".
Lujos, evasión y fachada de inversionistas
Los capos asentados en Dubái estarían usando su poder económico para adquirir vehículos de alta gama como Rolls Royce y Ferrari, repartir relojes de lujo y presentar sus actividades como inversiones legales. El Tiempo cita fuentes que aseguran que varios de ellos buscan obtener inmunidad a cambio de delatar a otros narcos asentados en Emiratos Árabes.
Uno de los personajes mencionados es Julio Lozano Pirateque, exnarcoesmeraldero señalado de retomar actividades ilegales desde Dubái, aunque él lo niega. La Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) de Colombia estaría verificando esta información, así como su posible participación en planes criminales recientes.
Dubái bajo la lupa de Colombia y sus aliados
En respuesta, el gobierno colombiano habría solicitado a Emiratos Árabes un intercambio de información que permita ubicar a estos narcotraficantes. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, confirmó que se adelanta una estrategia internacional para frenar estas operaciones desde el exterior.
La DEA también estaría reuniendo pruebas para judicializar a estos capos en una corte de Texas, lo que habría provocado una migración de algunos hacia Turquía, aprovechando redes de corrupción y pasaportes falsos.
Una amenaza global con impacto local
El presidente Petro ha sido enfático en que no se trata solo de un problema de orden público, sino de una red criminal trasnacional que socava la democracia colombiana. Al advertir sobre este eje mafioso desde Dubái, el mandatario busca alertar a la comunidad internacional sobre la necesidad de cooperación para desmantelar estas estructuras.
La ofensiva del gobierno continuará, tanto en el frente interno como en el internacional. Como ha reiterado el presidente: “Este es un combate por la vida y por la democracia. No vamos a ceder ante los enemigos del pueblo”.