Las acciones de Tsav 9 ocurren en un momento crítico para la población civil de Gaza. / AFP.

Tsav 9, el grupo que quiere exterminar con hambre a Gaza

Foto: Las acciones de Tsav 9 ocurren en un momento crítico para la población civil de Gaza. / AFP.
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Mientras la ONU denuncia una emergencia total por la escasez de alimentos, medicinas y agua potable en la Franja de Gaza, el grupo radical Tsav 9 reapareció esta semana para impedir el paso de ayuda humanitaria en el cruce de Kerem Shalom.

En medio de un colapso humanitario generalizado, marcado por cifras alarmantes de desnutrición, desplazamiento forzado y falta de atención médica, el grupo de extrema derecha israelí Tsav 9 ha intensificado sus acciones para bloquear el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza. Esta semana, una decena de sus integrantes se concentró cerca del paso fronterizo de Kerem Shalom, uno de los pocos corredores activos para el ingreso de suministros vitales al enclave palestino.

Los manifestantes, que aseguran estar actuando por razones de seguridad y justicia, portaban pancartas contra la ayuda internacional y reiteraron su postura: “ninguna ayuda debe entrar hasta que todos los rehenes sean liberados”. El vocero Michael Raskas declaró que alimentar a Gaza mientras Hamás mantiene secuestrados es, a su juicio, "inaceptable" y “una amenaza a la seguridad nacional”.

Israel anunció esta semana la entrada de 93 camiones el martes y 100 el miércoles con harina, fórmulas infantiles y suministros médicos. / AFP.

¿Quiénes son y qué representa Tsav 9?

Tsav 9 se autodefine como un "movimiento de resistencia civil". Fue fundado en enero de 2024 por colonos israelíes, reservistas del ejército y familiares de personas secuestradas por Hamás, tras los ataques del 7 de octubre de 2023. Su nombre hace alusión a la “orden 8” del ejército israelí —Tsav 8— utilizada para movilizaciones militares de emergencia, adaptada ahora como símbolo de activismo extremo.

A lo largo de su corta existencia, el grupo ha realizado bloqueos, sabotajes y destrucción de cargamentos en puntos estratégicos como Tarqumiya y Hebrón, donde, en mayo del año pasado, dos camiones fueron incendiados en una protesta que terminó con la intervención de las autoridades. Por estos hechos, el Departamento de Estado de Estados Unidos sancionó a Tsav 9, incluyéndolo en su lista de organizaciones extremistas violentas y congelando todos sus activos financieros en jurisdicción estadounidense.

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Emergencia humanitaria: “Tememos más al hambre que a las bombas”

Las acciones de Tsav 9 ocurren en un momento crítico para la población civil de Gaza. Según datos de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), cientos de miles de personas viven en condiciones de extrema vulnerabilidad. En campamentos de desplazados como Jan Yunis y Ciudad de Gaza, las familias hacen largas filas frente a los centros de distribución con la esperanza de recibir algo de comida o medicinas.

“Temo más al hambre y a las enfermedades que a los bombardeos de Israel”, confesó Hosam Abu Aida, desplazado de Beit Lahia, en declaraciones recogidas por la AFP. Como él, miles de gazatíes buscan alimentos cada día, pero muchas veces la ayuda no llega o no es suficiente. La ONU ha advertido que lo ingresado recientemente es “una gota de agua en un océano de necesidades”, y organizaciones como Médicos Sin Fronteras han denunciado que las raciones repartidas representan apenas 32 gramos de alimento por persona, muy por debajo del mínimo nutricional requerido.

“Mis hijos se duermen con hambre todos los días”, relató Omar Salem, padre de familia en un campo de refugiados en el sur del enclave. “No queremos más promesas, queremos vivir”.

La ONU y la comunidad internacional exigen el ingreso inmediato de ayuda

Israel anunció esta semana la entrada de 93 camiones el martes y 100 el miércoles con harina, fórmulas infantiles y suministros médicos. Sin embargo, la distribución sigue siendo intermitente y altamente condicionada, mientras cientos de camiones permanecen estacionados en el lado egipcio, esperando autorización para cruzar.

El Ministerio de Salud de Gaza, cuyos datos han sido utilizados como referencia por Naciones Unidas, reporta más de 53.000 personas muertas desde el inicio de los bombardeos en octubre pasado. La situación en Ciudad de Gaza, Rafah y Jabaliya es particularmente grave. Incluso centros de distribución de alimentos han sido atacados: el 9 de mayo, la Defensa Civil de Gaza acusó al ejército israelí de lanzar un bombardeo sobre un almacén de la UNRWA en Jabaliya, donde murieron cuatro personas.

División dentro de Israel y presión internacional

Dentro del propio Israel, Tsav 9 genera divisiones. Aunque ha sido respaldado por figuras como el exministro de Defensa Avigdor Lieberman, también ha sido repudiado por plataformas como Standing Together, que promueven la convivencia y el fin del conflicto. “La mayoría de los israelíes no quiere más guerra. Lo que quiere es que la guerra termine”, han expresado sus representantes.

Mientras tanto, el gobierno de Benjamín Netanyahu enfrenta críticas internacionales por su estrategia de cerco. Estados Unidos, su principal aliado, ha exigido que la ayuda humanitaria entre sin obstáculos. En paralelo, el propio Netanyahu reconoció recientemente que Israel permitió transferencias de dinero desde Catar a Gaza con el fin de mantener divididas a Hamás y la Autoridad Nacional Palestina, una declaración que contradice versiones previas de su gobierno y ha reavivado los cuestionamientos sobre sus decisiones previas al 7 de octubre.

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El hambre un arma de guerra repudiable

La reapertura de las protestas de Tsav 9, lejos de representar una presión legítima por la liberación de rehenes se configura como un delito de lesa humanidad y agrava la situación humanitaria más crítica desde que empezó el genocidio promovido por Netanyahu. Las organizaciones internacionales y gobiernos de gran parte del mundo coinciden: impedir la entrada de alimentos y medicinas a una población sitiada no puede ser una "táctica de guerra". Desde el Derecho Internacional Humanitario es un crimen inaceptable.

Con cada camión que se retiene, con cada cargamento destruido, la vida de miles de civiles queda suspendida en la espera. El nombre de Tsav 9 ya no remite a una orden de defensa: hoy es sinónimo de horror, fundamentalismo y genocidio. Están asesinando una multitud con hambre, la crueldad ya es una definición modesta ante tal nivel de humanidad.