Infraestructura afectada por el sismo de Paratebueno.

Réplicas del temblor de Paratebueno: ¿por qué siguen ocurriendo y hasta cuándo pueden durar?

Foto: El piedemonte llanero es un corredor geológico que, por la interacción de placas tectónicas como la de Nazca, Cocos, Sudamérica y Caribe, acumula una gran energía subterránea. / AFP.
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Al medio día, más de 130 réplicas se habían registrado tras el sismo de magnitud 6,5 ocurrido en Paratebueno, Cundinamarca. El piedemonte llanero es una de las zonas sísmicas más activas del país.

Desde las 8:08 de la mañana de este sábado 8 de junio, cuando se registró un sismo de magnitud 6,5 con epicentro en Paratebueno, Cundinamarca, el país ha experimentado una intensa secuencia de réplicas. Según el Servicio Geológico Colombiano (SGC), hasta las 10:55 a. m. ya se habían contabilizado 138 réplicas, todas localizadas en Paratebueno y sus alrededores, con profundidades cercanas a los 10 kilómetros.

Las réplicas más fuertes han superado la magnitud 4, y una decena ha sobrepasado los 3,5 grados. A pesar de que estos eventos son menores en comparación con el sismo principal, su reiteración ha generado inquietud entre la ciudadanía. El SGC ha recibido más de 1000 reportes ciudadanos que han sentido las réplicas de mayor magnitud.

¿Por qué hay tantas réplicas?

Las réplicas son movimientos sísmicos posteriores a un sismo principal, que se originan en la misma región afectada y suelen ser de menor magnitud. En este caso, se trata de un fenómeno esperado y natural, especialmente porque el evento principal fue superficial —a solo 10 kilómetros de profundidad— y liberó una cantidad considerable de energía.

Según el SGC, este proceso puede prolongarse por días, semanas o incluso meses, dependiendo de la magnitud y características geológicas de la zona. A medida que el tiempo transcurra, se espera que las réplicas disminuyan en frecuencia e intensidad hasta que el sistema geológico alcance un nuevo equilibrio.

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El piedemonte llanero: una zona históricamente sísmica

El sismo y sus réplicas se ubican en una de las zonas de mayor actividad sísmica del país. El piedemonte llanero es un corredor geológico que, por la interacción de placas tectónicas como la de Nazca, Cocos, Sudamérica y Caribe, acumula una gran energía subterránea. Según explicó Julio Fierro, director del SGC, se trata de una región donde se han presentado importantes eventos telúricos tanto históricos como registrados en los últimos años.

Entre los antecedentes relevantes se encuentran:

  • El sismo de 1917, uno de los más fuertes en la historia del país.
  • El sismo del 24 de enero de 1995 en Tauramena, también de magnitud 6,5.
  • El de Quetame en 2008, y el del 17 de agosto de 2023, ambos en la misma región.

Fierro hizo un llamado a prestarle “particular atención en términos de construcción sismorresistente”, especialmente porque este tipo de sismos son superficiales y, por lo tanto, tienen un mayor impacto en la superficie.

Daños leves y monitoreo continuo

Hasta el momento, el SGC ha recibido reportes de daños leves en zonas cercanas al epicentro, y la intensidad máxima reportada ha sido nivel 6 en la escala EMS-98, utilizada en Colombia para describir cómo se sienten y qué efectos generan los sismos sobre personas, construcciones y el entorno.

La Red Sismológica Nacional de Colombia, operada por el SGC, cuenta con más de 200 estaciones en todo el país y mantiene una vigilancia continua las 24 horas del día. Gracias a esta infraestructura, en los últimos 30 años se han registrado cerca de 300.000 eventos sísmicos en el país.

Colombia registra en promedio 2500 sismos al mes, la mayoría de ellos imperceptibles. No hay un aumento real de la actividad sísmica, sino un mayor número de registros gracias al avance tecnológico y al incremento poblacional en zonas antes despobladas, lo que permite recibir más reportes ciudadanos.

Reportar lo que se siente, clave para la prevención

El SGC invita a la ciudadanía a seguir reportando sus experiencias a través del formulario ‘Sismo sentido’, disponible en sus redes sociales. Esta información es clave para complementar los datos técnicos con percepciones cualitativas que permiten afinar los análisis de amenaza sísmica.

No obstante, la entidad recordó que no es la encargada de atender emergencias ni determinar los daños materiales; esa responsabilidad recae sobre la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).